8 de abril de 2014

Apple, el conductor de Mercedes Benz

Cuando el Mercedes-Benz C-Class 2015 sea revelado este otoño, junto con él, hará su debut formal Apple CarPlay, un sistema de tecnología incorporada al automóvil que imitará la interfaz del teléfono inteligente -incluyendo la pantalla táctil, si está presente- que legiones de personas llevan en sus bolsillos todos los días.
La entrada de Apple en el mundo de los automóviles es notable por varias razones. La compañía se introduce en los mercados deliberadamente y sin piedad, para empezar, y rara vez lo hace sin reajustar el campo de juego. La industria automotriz es amplia y lucrativa, dominada por participantes tan establecidos que algunos son anteriores al hundimiento del Titanic.

Y, sobre todo, la implementación de la tecnología de consumo en la industria automotriz ha sido frustrante y dolorosamente escasa en términos de la experiencia a la cual están sujetos conductores y pasajeros. A medida que los consumidores se maravillan de la simplicidad de sus teléfonos para pedir indicaciones de direcciones o para responder el mensaje de un amigo, fruncen el ceño ante la complejidad del auto para hacer lo mismo. Seguramente algo se pierde en la traducción al añadir más de 1,300 kilogramos de acero en movimiento.

Y no es por falta de intentos. General Motors presentó el sistema telemático MyLink en sus modelos 2012; Ford lanzó su sistema MyFordTouch el año previo y su sistema Sync en 2007, el mismo año en el iPhone fue lanzado. Audi tiene su sistema Connect. Toyota tiene su Entune. Kia tiene su Uvo impulsado por Microsoft y su hermano mayor Hyundai tiene su Blue Link.

Lo que ninguna de estas automotrices parece tener es fanáticos de su tecnología a bordo. Los sistemas son complejos, un nido de botones de hardware y de flujos de interfaz que confunden incluso al más experimentado de los usuarios de smartphones. Pueden ser imperfectos en su infancia relativa, al desafiar la paciencia de los conductores que saben que es mejor no apartar la vista del camino. Y agregan una nueva dinámica -¿una actualización de software justifica una visita al distribuidor?- a la relativamente sencilla experiencia de manejar.

“No es óptimo”, dice un analista de Gartner que estudia la tecnología a bordo, Thilo Koslowski. "En realidad no ha capturado la experiencia que debería apreciarse”.

Parte de esto tiene que ver con el ciclo de la ingeniería de los coches, dice el gerente del grupo de ingeniería de OnStar de productos para desarrolladores y aplicaciones de General Motors, Mark Scalf. La tecnología disponible en los autos de hoy fue terminada en producción hace entre tres y cinco años, dice. Eso significa que los ingenieros de hoy en día están “terminando las especificaciones y diseños” para la tecnología de los vehículos programados para llegar a los concesionarios en 2018, 2019 y 2020.

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