Con el terremoto se dispararon las alertas de tsunami desde Chile hasta América Central, y las principales ciudades costeras del norte chileno –una importante zona minera– fueron evacuadas.
El Gobierno confirmó la muerte de cinco personas como consecuencia del fenómeno, que afectó a las regiones de Arica y Parinacota. Las víctimas son cuatro hombres y una mujer y las causas de fallecimiento fueron ataques cardíacos y aplastamiento, indicó el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Las alarmas sonaron también en el vecino Perú, donde el sismo se sintió fuertemente y varias poblaciones del sur fueron desalojadas. Las olas de hasta 1,8 metro de altura llegaron a las costas 45 minutos después del terremoto, según la Armada de Chile. Un canal de televisión mostró imágenes de algunas zonas de Iquique inundadas.
La crucial infraestructura minera no fue afectada. Pero el terremoto provocó deslaves y bloqueos parciales de carreteras, según la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) chilena. Y también revivió tristes recuerdos del letal sismo de 8,8 de magnitud y del posterior tsunami de hace cuatro años, que impactaron al centro y sur de Chile y que ocasionaron más de 500 muertes.
Las carreteras se llenaron ayer de personas huyendo a zonas altas, los autos se agolparon en busca de combustible en las estaciones de servicio mientras muchos se refugiaban en los cerros envueltos en mantas en medio de la noche.
“Estamos subiendo con los niños y con lo que podemos, pero todo está colapsado con la gente que está saliendo de los edificios que hay en la playa”, dijo Liliana Arriaza, una mujer de 32 años que vive en la costa y que llevaba en un auto prestado a sus tres hijos.
La alerta de tsunami podría continuar por seis horas, dijo el Gobierno chileno.
Fuga
Mientras comenzaban a sentirse algunas réplicas del sismo, Iquique estaba a oscuras sin servicio de electricidad. Eso lo aprovecharon unas 300 prisioneras de un centro penitenciario de la ciudad para escapar en medio del desconcierto, de acuerdo con el Gobierno.
Las autoridades ordenaron el despliegue de militares para reforzar la vigilancia en Iquique. Aunque el sismo azotó el corazón de la zona minera chilena, la estatal Codelco –la mayor productora de cobre del mundo– indicó que el epicentro estuvo lejos de sus operaciones. La gigante internacional BHP Billiton tampoco sufrió contratiempos en su mina de cobre Cerro Colorado.
Del otro lado de la frontera, en Perú, la minera Southern Copper tampoco tuvo impacto en sus yacimientos por el terremoto. Pero a pesar de todo, los precios del cobre subieron a su mayor nivel en tres semanas después del sismo. Una seguidilla de sismos de mediana intensidad han sacudido la misma zona desde hace algunas semanas.
El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) mantenía esta madrugada la alerta de tsunami en Chile y Perú y anuló las emitidas para otros países con costa en el océano Pacífico, mientras que al mismo tiempo informó que hubo 15 réplicas de entre 4,5 y 6 grados de magnitud en la escala de Richter tras el terremoto de 8,2 en el norte de Chile.
El Gobierno confirmó la muerte de cinco personas como consecuencia del fenómeno, que afectó a las regiones de Arica y Parinacota. Las víctimas son cuatro hombres y una mujer y las causas de fallecimiento fueron ataques cardíacos y aplastamiento, indicó el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Las alarmas sonaron también en el vecino Perú, donde el sismo se sintió fuertemente y varias poblaciones del sur fueron desalojadas. Las olas de hasta 1,8 metro de altura llegaron a las costas 45 minutos después del terremoto, según la Armada de Chile. Un canal de televisión mostró imágenes de algunas zonas de Iquique inundadas.
La crucial infraestructura minera no fue afectada. Pero el terremoto provocó deslaves y bloqueos parciales de carreteras, según la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) chilena. Y también revivió tristes recuerdos del letal sismo de 8,8 de magnitud y del posterior tsunami de hace cuatro años, que impactaron al centro y sur de Chile y que ocasionaron más de 500 muertes.
Las carreteras se llenaron ayer de personas huyendo a zonas altas, los autos se agolparon en busca de combustible en las estaciones de servicio mientras muchos se refugiaban en los cerros envueltos en mantas en medio de la noche.
“Estamos subiendo con los niños y con lo que podemos, pero todo está colapsado con la gente que está saliendo de los edificios que hay en la playa”, dijo Liliana Arriaza, una mujer de 32 años que vive en la costa y que llevaba en un auto prestado a sus tres hijos.
La alerta de tsunami podría continuar por seis horas, dijo el Gobierno chileno.
Fuga
Mientras comenzaban a sentirse algunas réplicas del sismo, Iquique estaba a oscuras sin servicio de electricidad. Eso lo aprovecharon unas 300 prisioneras de un centro penitenciario de la ciudad para escapar en medio del desconcierto, de acuerdo con el Gobierno.
Las autoridades ordenaron el despliegue de militares para reforzar la vigilancia en Iquique. Aunque el sismo azotó el corazón de la zona minera chilena, la estatal Codelco –la mayor productora de cobre del mundo– indicó que el epicentro estuvo lejos de sus operaciones. La gigante internacional BHP Billiton tampoco sufrió contratiempos en su mina de cobre Cerro Colorado.
Del otro lado de la frontera, en Perú, la minera Southern Copper tampoco tuvo impacto en sus yacimientos por el terremoto. Pero a pesar de todo, los precios del cobre subieron a su mayor nivel en tres semanas después del sismo. Una seguidilla de sismos de mediana intensidad han sacudido la misma zona desde hace algunas semanas.
El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) mantenía esta madrugada la alerta de tsunami en Chile y Perú y anuló las emitidas para otros países con costa en el océano Pacífico, mientras que al mismo tiempo informó que hubo 15 réplicas de entre 4,5 y 6 grados de magnitud en la escala de Richter tras el terremoto de 8,2 en el norte de Chile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario