El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el pasado martes que se ejecutará una ofensiva contra la “guerra económica”, que dentro de la lógica del chavismo ha servido solo para “reducir o limitar la oferta de bienes esenciales de consumo masivo” por parte del “sistema capitalista”.
"El próximo martes 22 de abril, vamos a iniciar una ofensiva especial que hemos denominado PAP. El equipo económico tendrá que preparar esa ofensiva porque tiene características distintas a la que hicimos en noviembre", declaró Maduro en Consejo de Ministros.
"Vamos a una gran ofensiva, todo el Gobierno y todo el pueblo. No hay batalla en una revolución que se gane sin pueblo", agregó.
En noviembre del año pasado, el gobierno de Maduro lanzó un paquete de medidas económicas para combatir la especulación de precios, regulando al mismo tiempo las importaciones y controlando las asignaciones de dólares a precio oficial, lo cual evitaría que sean revendidos en el mercado negro.
Tales medidas fueron acompañadas por otras más duras. Por ejemplo, se obligó, bajo amenaza de cierre o prisión, a los empresarios a vender con rebajas de hasta el 50 %.
No conforme con ello, en diciembre del año pasado se disminuyó el valor de los autos nuevos y usados. El Gobierno justificó esta medida aseverando que las ensambladoras y las concesionarias inflan los precios de los autos.
"Hay quienes creían que podían con la revolución bolivariana por la vía de la guerra económica. No han podido ni podrán. Nuestro pueblo tiene la conciencia suficiente para afrontar alguna dificultad que le ocasione esta guerra económica, tanto en el abastecimiento de algún producto como en la especulación de otro producto", dijo ahora el presidente venezolano.
"El próximo martes 22 de abril, vamos a iniciar una ofensiva especial que hemos denominado PAP. El equipo económico tendrá que preparar esa ofensiva porque tiene características distintas a la que hicimos en noviembre", declaró Maduro en Consejo de Ministros.
"Vamos a una gran ofensiva, todo el Gobierno y todo el pueblo. No hay batalla en una revolución que se gane sin pueblo", agregó.
Tales medidas fueron acompañadas por otras más duras. Por ejemplo, se obligó, bajo amenaza de cierre o prisión, a los empresarios a vender con rebajas de hasta el 50 %.
No conforme con ello, en diciembre del año pasado se disminuyó el valor de los autos nuevos y usados. El Gobierno justificó esta medida aseverando que las ensambladoras y las concesionarias inflan los precios de los autos.
"Hay quienes creían que podían con la revolución bolivariana por la vía de la guerra económica. No han podido ni podrán. Nuestro pueblo tiene la conciencia suficiente para afrontar alguna dificultad que le ocasione esta guerra económica, tanto en el abastecimiento de algún producto como en la especulación de otro producto", dijo ahora el presidente venezolano.
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